LOS CELOS
Las pasiones mueven la existencia humana, invadidos de ellas podemos actuar, trabajar, inclusive hasta el punto de dar nuestra vida por ello.
Los celos descontrolados pueden llevarnos a los actos más irracionales que podamos concebir y es por ello que debemos conocer sus fuentes y la manera de someterlos a nuestra voluntad, antes de que ellos nos sometan a la suya.
El acuñar en la mente ideas erróneas o fuera de contexto pueden hacer de nosotros un blanco fácil de los celos. La mente hay que limpiarla continuamente para despejarla de los sentimientos enfermizos.
En la actualidad contamos con decenas de acontecimientos registrados por los medios de comunicación que reportan tragedias en los senos del hogar, provocadas por los celos.
Posibles fuentes:
Posesión obsesiva
Es claro que tenemos el derecho a ciertas cosas porque nos las hemos ganado, pero cuando ejercemos una obsesión con la exclusividad, podemos estar en problemas.
La vida es transitoria y realmente lo que poseemos es temporal, una vez partamos de este mundo, eso será entregado a otro y en el momento que esta a nuestro mando somos administradores.
Pero en alguna medida nos adueñamos de personas, cosas tratando de controlar a nuestra conveniencia o antojo.
En especial, las personas no son de nuestra propiedad, deben estar con nosotros por una libre elección y deben permanecer con nosotros por la misma razón.
No le imponga nada a una persona, márquele el camino o muestre su postura clara frente a una situación, pero jamás le amenace ni le ordene, eso dará una libertad al otro de ser y expresarse, si lo llega a perder fue porque esa persona también lo decidió así.
Codicia y Envidia
Cuando siempre ves que el jardín del vecino es está mejor podado que el tuyo puedes anidar en tu corazón la envidia.
Debemos saber filtrar los logros y triunfos de los demás. No podemos ocultarlos, es tanto como engañarnos a nosotros mismos, pero hay que saber vislumbrarlos, para que no generen un efecto incorrecto en nuestras motivaciones.
El logro de alguien no es mi competencia, sino una oportunidad de también alcanzar mis metas.
Andrés Dallos
La codicia enferma y me lleva a intentar arrebatarle a alguien lo que tiene, pero si lo veo como un reto de respetar lo que ese alguien logró para yo también esforzarme y lograrlo para mí mismo, estaré en la óptica correcta.
En ocasiones es casi inevitable evitar que inicie el sentimiento de desear lo ajeno, pero si podemos canalizarlo y enfocar nuestro esfuerzo hacia otra dirección, el logro y el éxito personal, el lograr algo parecido pero propio y sin transgredir la vida de los demás.
La envidia y la codicia ganan terreno cuando miramos lo que otros tienen pero yo no poseo, pero en ese orden de ideas, debo hacer el ejercicio inverso, seguramente hay cosas que yo tengo que nadie más tiene, esa introspección le puede dar un rico balance a nuestra vida.
Inseguridad
Esta característica va de la mano con la incorrecta autoestima, es pensar que siempre hay alguien mejor que yo que me puede usurpar el lugar que ahora ocupo.
Esta inseguridad puede ocurrir en cualquier tipo de relaciones y en ocasiones se disfraza en dureza, maltrato físico o verbal, egocentrismo y protagonismo excesivo. Por lo general las fuentes que producen o alimentan los celos son notorias, pero la inseguridad se camufla detrás de las actitudes mencionadas y es muy peligrosa, pues en ocasiones es difícil de aceptar que se sufre de ella.
Esto genera un miedo excesivo y una sobreprotección enfermiza que en la mayoría de los casos no atare sino repele a las personas sobre las cuales la ejercemos.
Está bien tener el sentimiento de sentirnos amados y necesitados, pero no es sano coaccionar los actos de alguien para que nos de tranquilidad. Nuca se debe obligar a alguien para que sienta algo por otra persona o para que permanezca a su lado.
Es una tarea diaria acercarnos a Dios y pedir su perdón por aquellas cosas que entraron a nuestra mente que no deben permanecer allí, por aquellas palabras cortantes que sólo buscar expresar la envidia o las inseguridades.
Vivamos una vida ligera de cargas y tampoco las coloquemos en los hombros de los demás.
Escucha el entretenido programa que hicimos respecto a este tema: