Bogotá, Colombia
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BOGA MAR ADENTRO

BOGA MAR ADENTRO

Existen decisiones relevantes en la vida, una es hacer alianzas, tener a alguien constante como parte importante de lo que somos, pero puede ser más trascendente y hasta el peligroso darle el control de nuestras determinaciones a un tercero.

Eso me hace recordar que hay personas que no son capaces de prestar su vehículo a alguien más, incluso les cuesta ir de copiloto con alguien que no sean ellos mismos al mando.

En ocasiones resulta tan complejo ponernos a la disposición de otro y sencillamente obedecer, en ocasiones por orgullo, o tal vez la necesidad de tener el control, o por que suponemos que somos mejores que aquel que está por encima nuestro o quizá dudamos de sus intenciones.

Para algunos someternos a que un desconocido nos encamine y nos diga hacia dónde ir es chocante y contrario a nuestra comodidad.

Un hombre de experticia en su oficio, con resultados, crédito por sus logros, difícilmente prestará atención a la voz de un desconocido que le indique cómo hacer su labor; eso le sucedió a un pescador que al parecer tuvo una pésima noche en aquello que tenía conocimiento.

Trabaja una ardua jornada y aplica los conocimientos que tiene a la mano para tener éxito en su empresa, pero nada funciona.

Se trata de un pescado llamado Pedro, lleva años en el oficio y conoce de primera mano las condiciones para hallar bancos de peces que redundan en el sustento propio y de su familia.

Sin embargo el turno nocturno que escoge para laborar es improductivo, sin mencionar el desgaste adicional de pasar la noche en vela; así que una vez empieza a despuntar el alba, con ira, cansancio y resignación, rema con sus compañeros a la orilla para disponerse a un merecido descanso.

Lo que el pescador no vio venir fue a un orador, que gozaba de la atención de las multitudes y que muchos de ellos al notar que milagros sucedían al tocarlo, se agolpaban sobre él para recibir algún tipo de beneficio.

Cada vez más este maestro se acercaba más y más a los embarcaderos de los pescadores, hasta que llegó a la orilla en la que se encontró con el pescador que lavaba sus redes para poder ir a casa.

Por motivos logísticos el gran conferencista le pide al pescador su embarcación para que le sirva de stand para dirigir su enseñanza y para hacer distancia entre un público ansioso que pierde la atención por hablar y tocar al orador.

Y es allí donde debemos decirnos: lindo relato, pero ¿a mí qué? y ese es el poder que tiene la biblia cuando relata algo, que se ajusta a nosotros y nos enseña verdades impresionantes que transforman nuestras vidas.

Aparición

Jesús llegó al puerto donde Pedro trabajaba, y eso nos enseña que Dios siempre está dispuesto a ir por ti en el lugar donde estés, sea trabajo, familia, crisis, éxito, etc.

El Dios que se le presenta a Pedro se salió de los altares y empezó a caminar por las calles, dejó su trono y se mezcló entre la gente, no sé si lo hayas notado, pero Dios siempre te ha buscado, ha estado interesado en ti, en que tengas una relación con Él, que realmente le conozcas.

Puede que no consideres que sea el mejor momento para pensar en Dios, para escuchar de estos temas, como Pedro, probablemente con sueño y sin haber conseguido los recursos que proporcionaban el sustento para su familia, podía no estar muy dispuesto para entrevistarse con Jesús.

Pero justo es allí donde aparece el Maestro, a la vista de muchas personas, muchos lo vieron, pero pocos lo recibieron.

Si nos ponemos por un momento en los zapatos de Pedro, podemos imaginar que para él la barca y el oficio de pescador en ese momento le causaban molestia. Esa embarcación fue inútil para lo que estaba concebida, pero fue allí donde Jesús quiso subir.

Lo que tú desechas puede valioso para Dios.

Andrés Dallos

En esa barca del fracaso es dónde Jesús comienza, porque a veces necesitamos un fracaso para darnos cuenta que debemos dar paso a Dios en nuestras vidas.

Jesús quiere entrar en la barca de tu vida y tomar el control. Pedro estaba terminando y Jesús estaba empezando, porque cuando tu piensas que todo acabó, Dios sigue pensando en ti.

Provisión

Aquí una enseñanza trascendente para nosotros, Pedro trabajó arduamente toda la noche buscando el sustento para su casa, una tarea loable, lamentablemente esa noche sin resultados, pero Jesús encima de la barca en un momento logra lo que Simón no había logrado.

Eso quiere decir que aquellas cosas en las que nos desgastamos desesperadamente y nos exigen sobresfuerzos, con Dios se pueden obtener en un momento; al Mesías sólo le basto unos minutos para hacer lo que en las fuerzas humanas fue imposible, si dejas subir a Jesús en tu barca lo que tanto te cuesta tener te puede ser provisto en un de repente.

Por otro lado, resulta interesante pensar que la motivación de Pedro es la pesca, pero la de Jesús eran las personas, por ello, lo primero que hace es atender la multitud y luego se realiza el milagro de la pesca, es decir, para Dios son importantes tus necesidades, pero el invierte los factores y lo que consideras una prioridad Él lo suple como una añadidura.

Pedro quería peces y cuando Jesús aparece lo que no había tenido ahora le sobra, de manera tal que su embarcación empieza a hundirse, pues no soporta el peso de la gran cantidad de peces y sus redes se rompen.

Dios es especialista en cambiar tu situación, si lo dejar subir a la barca de tu vida y tomar el control, aquello que te falta y que no has podido lograr o conseguir, te sobrará.

Es más, ten cuidado de estar listo para recibir lo que has pedido, Pedro anhelaba una pesca para su negocio, pero cuando llegó la bendición, las barcas se hundían y las redes se rompían, en ocasiones hemos orado, pero no nos hemos preparado para recibirlo.

Queremos viajar, pero no hemos estudiado el idioma, no hemos tramitado el visado del pasaporte, pedimos una familia, pero o hemos trabajado para tener los recursos para mantenerla; tengamos cuidado que cuando llegue la respuesta esta no te hunda.

Si vas a orar por tu bendición, prepárate para recibirla

Andrés Dallos

Transformación

El encuentro con Jesús fue tan impactante que Pedro estuvo a disposición de dejar la ocupación de toda su vida, dejó lo que conocía por lo incierto por un carpintero que le enseñó de pesca, con lo que se había ganado la vida durante tantos años.

Estar dispuesto a cambiar el estilo de nuestra vida representa un cambio.

Jesús se aparece en tu vida y te quiere cambiar la mente, el corazón, las prioridades, porque es necesario admitir que necesitamos un cambio. No es fácil reconocerlo, pero es necesario.

Soltar el control no es sencillo, nos cuesta, pero nos permite enrutarnos en nuevos propósitos.

Si estás dispuesto a soltar, Dios estará dispuesto a transformar

Andrés Dallos

Mientras lees estas líneas dile a Jesús que le dejes subir a la barca de tu vida y que tome el control de ella.

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